Roadtrip por Florida. Orlando, West Palm Beach y bye bye!

Tiempo de procrastinación | 6 minutos

Teníamos 2 días por delante para disfrutar de los parques temáticos de esta ciudad. Como era la primera vez que mi pareja iba -yo había ido a Disney en 2009-, decidimos ir a lo más «típico»: Disney y Universal Studios.

Las entradas las compramos en el mismo hotel, ya que te suelen ofrecer algún descuento o promoción.

El hotel que elegimos tenía transporte directo a los parques -creo, de hecho, que la mayoría de ellos lo tienen- así que el primer día, a primera hora y después de desayunar nos montamos en el autobús dirección Disney.

Magic Kingdom. Disney en estado puro.

Ya no sólo es el parque temático, el mismo acceso al parque es un espectáculo.

Una autopista con un peaje y un parking gigantesco que tiene trencitos con vagones que te llevan hasta la puerta de entrada.

Pero la cosa no se acaba ahí.

Desde la entrada del parque, tienes que montarte en, o un barco, o un monorraíl que te lleva hasta la entrada de Magic Kingdom. De camino ves un lago y los hoteles que están dentro del área del parque. Todo esto es ENORME.

Cuando te bajas de -en nuestro caso- el monorraíl entonces sí puedes decir que has llegado. Pasas la entrada y te da la bienvenida la vista al famoso castillo Disney. Al poquito de entrar, empezó un espectáculo que es cada hora donde desfilan por las calles de Magic Kingdom.

Ey, MIckey! Ey, Minnie!

Y hay gente, mucha gente.

Si hay un sitio donde puedes desconectar del todo y entrar en un «mundo feliz» durante un día, está claro que Magic Kingdom es ese sitio. Se respira alegría, sonrisas y felicidad por todos lados. Es de esos sitios que todos deberíamos visitar un día. Olvidarte de preocupaciones y sonreír como un niños pequeño.

No voy a hacer una guía de Magic Kingdom, así que sólo voy a decir que salir de allí después de pasar literalmente todo el día, además de con un dolor de pies, sales con una sonrisa de oreja a oreja.

Y nos quedaba el día siguiente, la visita a Universal Studios.

Universal Studios

Universal es un parque temático dirigido en parte a gente un poco más «adulta», por llamarle de alguna manera.

En este caso, en vez de ir en el autobús del hotel, optamos por llevar el coche. El autobús estaba genial, pero el problema era la hora de vuelta. En Disney tuvimos que esperar -ya de noche con el parque cerrando- casi 45 minutos sentados en el suelo.

Un montón de montañas rusas, espectáculos 3D y, al igual que Disney -eso sí-, sonrisas por todos lados.

¿Qué ciudad, sino, hay que visitar?

Nos pasamos el día entero de aquí para allá, entrando en todo tipo de atracciones -excepto alguna montaña rusa que «acongojaba» un poco- y disfrutando el día entero entre risas.

Donde más risas nos echamos fueron en el espectáculo de los Minion y la anécdota del día fue la atracción de Jurassic Park.

En ella, vas en una especie de balsa que te va llevando por un montón de sitios y casi al final tiene una especie de tobogán que, al llegar abajo del todo, salta agua por todos lados. Nosotros íbamos en primera fila de la balsa y terminamos literalmente empapados.

¡Tuvimos que comprar ropa para cambiarnos!

Por otro lado, la parte dedicada a mundo mágico de Harry Potter es alucinante. Las atracciones están genial para cualquier edad y la ambientación del lugar es buenísima -además de, obviamente, todo el merchandising que lo rodea-.

Oh, si. Echa fuego de verdad. 😀

De nuevo, pasamos el día entero y salimos ya de noche del parque. Disfrutamos como enanos y nos llevamos unos muy buenos recuerdos. La pena era que con esto prácticamente dábamos por cerrado el viaje a Florida.

West Palm Beach. Mansiones y… lluvia.

Tras pasar la última noche en Orlando, la idea era dar una vuelta por la ciudad parando en algún «mall» para hacer alguna compra.

Elegimos uno de los tantos centros comerciales enormes de la ciudad y fuimos a recorrerlo. La verdad es que al final no compramos nada tras pasar 3 horas allí y me arrepentí luego pensando que podíamos haber aprovechado ese tiempo para conocer un poco la ciudad de Orlando.

Pero bueno, que al final las cosas son como son. Quedará para otra, como digo siempre.

Así que pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: West Palm Beach.

El viaje decidimos hacerlo por la vía más larga que es bordeando el mar, pensando que íbamos a tener vistas de la costa desde la carretera, cosa que por desgracia no es así. Vas pasando de pueblo en pueblo casi si ver el mar.

Al llegar a la zona de Cocoa Beach, decidimos parar y disfrutar de la playa. Allí nos quedamos hasta que el día empezó a ponerse feo a eso de las 4 de la tarde. Tampoco nos importó mucho porque no íbamos a tardar en irnos a West Palm Beach.

Cuando digo feo, es feo.

Recogimos las cosas y nos fuimos al coche.

Casi hora y media de viaje después -nos lo tomamos con bastante calma-, llegamos a West Palm Beach al atardecer y antes de ir al hotel, decidimos dar una vuelta por la ciudad.

La vuelta, tal como nos pasó en Fort Myers tuvimos que dejarla en una «visita panorámica» desde el coche por culpa de la lluvia. Pudimos ver, eso sí y al igual que en Fort Myers, la cantidad de dinero que tiene la gente por esta zona. Las mansiones son de revista. Impresionantes.

Y tras esa ruta panorámica, nos dirigimos a nuestro hotel. Un hotel que nos sorprendió porque era mucho más lujoso de lo que pensábamos por el precio que pagamos. Después, leyendo sobre la zona, vimos que aunque era agosto, se podía decir que era «temporada baja».

Es que en agosto West Palm Beach está prácticamente vacío. Y se notaba en las calles cuando salimos a cenar.

Se nos acababa el viaje. Día y medio después estaríamos en el avión rumbo a Madrid.

Vuelta a casa

De West Palm Beach al aeropuerto de Miami era poco más de una hora, por lo que aprovechamos la mañana todo lo que pudimos para dormir y desayunar. Aprovecharíamos este último día como día de playa también.

Era ya media tarde y pensamos que podíamos «darle una última vuelta» a Miami Beach pero al llegar al hotel, nos dimos cuenta que era demasiado tarde. Así que fuimos a cenar a un mexicano que estaba al lado y a dormir.

Un Margarita y ¡a dormir!

El avión salía a las 14.30, así que había que levantarse sobre las 9…

Florida, ¡Hasta la próxima!

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