Empieza la aventura
Suena el despertador. 8 de la mañana.
Puf, qué asco de noche. Los nervios o sabe Dios qué no me dejaron dormir tranquilo.
Me siento en la cama y me estiro. Tengo una hora y media para salir.
Espera un momento, ¿El avión no salía a las 22.30?
Si, efectivamente. Pero antes tengo una cosa que hacer. Un examen. Y es que el día 1 en Islandia empieza el día 0.
Camino a Madrid
Después del examen y de hacer un par de recados, toca recoger.
Revisar que esté todo correcto en las maletas, que no se nos queda nada y listo.
Son las 16 horas, se nos hace un poco tarde y hay que meterse prisa. Que ir a Madrid puede ser una aventura si hay algo por el camino.
Vivimos a 3 horas y media en coche de Madrid. Las conexiones por tren o bus no son excelentes así que la mejor forma que tenemos para ir es en nuestro propio coche y dejarlo en el parking de larga estancia de la T4.
No es la primera vez que lo hacemos y hasta ahora no hemos tenido problemas. Por precio, nos sale a poco más que los billetes de bus o tren sumando los gastos propios del coche y del peaje junto al precio del parking. Y nos ahorramos muchas horas entre el viaje en sí, los cambios para ir hasta Barajas, etc.
Cargamos las maletas en el coche y arrancamos.
Ganas tremendas de llegar. A Islandia digo. A Madrid, pues bueno, es un paso intermedio.
Avión a horas intempestivas
La verdad es que el horario del avión es un poco extraño. Salimos a las 22.30 de Madrid en un vuelo de Iberia Express y llegamos a las 00.55 a Reikiavik… Que en realidad son las 02.55 hora española.
Cuatro horazas y media de vuelo.
Lo primero que se nos vino a la cabeza fue que estando a mediados de septiembre igual no había tantísima gente yendo a Islandia, sin embargo el vuelo iba bastante lleno.
Un vuelo tranquilo. Iba con la esperanza de ver una aurora boreal en él, pero la cosa no pintaba para ello. Y así fue. Me quedé con las ganas.
Al aterrizar, el viento gélido se nota, pero después de estar metido en el avión tanto tiempo, es que ni la chaqueta me pongo. Recogemos las maletas y dirección a los taxis. Las ganas de dormir pueden conmigo… Aunque el día 1 tocaba levantarse temprano.
Llegamos al hotel -que en realidad es un conjunto de edificios más parecidos a barracones que otra cosa. Su nombre es Base Hotel by Keflavik Airport y ya no está pintado tan guay como en las fotos de su web-, cepillo los dientes, pijama y a cama.
A las pocas horas suena el despertador.
8 de la mañana. Puf, qué asco de noche…
Uys, no. Espera.
¡Que estoy en Islandia!
No tenemos desayuno en el hotel, pero da igual. Habíamos reservado para ir de vuelta al aeropuerto a las 9 de la mañana.
Ducha, café caliente -teniamos una cafetera en la habitación- y ¡al aeropuerto!
Recogida del coche en el aeropuerto
Y en este punto pensarás, ¿pero para qué demonios vuelven al aeropuerto? Fácil:
- Llegada del vuelo, 00.55.
- Horario de cierre de las oficinas de alquiler de coches, 1.00.
Así que la opción fue dormir al lado del aeropuerto -un hotelillo en Keflavik a 10 minutos de taxi– e ir de nuevo a recoger el coche. Qué otra cosa se podía hacer…
Rellenamos papeles y vamos a buscar el bólido.
Una decepción tremenda. Yo que iba todo happy pensando en que nos iban a dar una Suzuki Jimny nuevecita y nos dan… una Dacia Duster.
No solo una Dacia Duster. Una Dacia Duster vieja.
Y cascada.
Tenía bollos hasta por donde no la miraras.
Metemos las maletas y ya vemos que limpia, limpia, tampoco estaba. Me empiezo a mosquear.
Me siento, pongo el contacto y ¡112 mil kilómetros en el odómetro!
Vergonzoso que una compañía como Budget tenga este tipo de unidades para alquiler.
Me resulta complicado pillar la posición. El volante me queda lejos y los pedales cerca. Y no tengo piernas de 2 metros. Soy un tipo normalito de 1,76 metros. Y el volante no se regula en profundidad, así que me quedo así, con las piernas un poco flexionadas para poder alcanzar el volante.
Voy a tener faena durante los próximos días por culpa de esto.
Arranco el cacharro. Diésel. Y menos mal porque el combustible en Islandia es de los más caros del mundo, el diésel estaba a unos 1,85 euros el litro y eso que el tipo de cambio estaba favorable.
Ponemos nuestro GPS -hacía un año que optamos por comprar uno propio directamente y llevarlo con nosotros-.
Dirección: Gullfoss. Hoy toca conocer el famoso Círculo Dorado.
Ahora sí, ¡comienza el Roadtrip!
Recomendaciones si alquiláis coche en Islandia
Los alquileres de coches son carísimos. Así de simple.
Y eso sin hablar de los seguros «a mayores» que ofrecen. Aún así, tened en cuenta siempre estas 3 cosas:
- Que sea 4×4. Os aseguro que con los caminos que hay, es mejor que sea así. Es preferible gastar algo más a quedaros tirados en algún sitio por el que pensáis que podéis pasar, pero no.
- Metedle todos los seguros que os ofrezcan. La cantidad de piedras y arena -y en el seguro te incluyen hasta ceniza- que hay en las carreteras pueden hacer mucha «pupa» al coche… Y sin seguro os lo cargan. Y es una salsa importante.
- Los horarios de apertura y cierre de las oficinas de alquiler. Budget cerraba a la 1 de la mañana y abría a las 4. Otras como Hertz permanecen abiertas 24 horas.
PD. Si quieres seguir leyendo, este es el post siguiente.